Megan Taylor, es una mujer invidente de 22 años, de St. Helens, Merseyside (Inglaterra), cuyo principal apoyo en la vida es su perro guía, Rowley. Por desgracia, el pasado lunes ellos tuvieron que vivir una amarga situación después de que una pasajera le dijera a Megan que bajara al perro del autobús debido a una absurda inconformidad.
Al preguntar a la pasajera la razón por la cuál le hizo a Megan la petición de bajarlo, ella justificó que un perro labrador negro como Rowley no podría ser un perro guía, pues esta función en realidad solo la cumplen los labradores amarillos, según ella.
Megan afirma que la mujer anónima se le acercó y le dijo:
«¿Por qué hay un jodido perro en el autobús?, Sácalo».
Ante este comentario, Megan intentó explicar cortésmente que Rowley cumplía la función de guiarla, pero al escuchar esto, la mujer la llamó «mentirosa» porque «los perros guía son labradores amarillos y su perro es negro», según Mirror.
Megan dijo:
«Traté de explicarle que los perros guía y de asistencia pueden ser de cualquier color y no tienen que ser Labradores, aunque Rowley lo es. Ella me dijo que estaba equivocada. Decidí que en este momento no había nada que pudiera decir para educar a esta mujer y que no valía la pena. En su lugar, opté por ignorarla mientras ella seguía hablando sin sentido».
Mujer ciega fue presionada para que sacara a su perro guía del autobús
«Gracias a la confianza que Rowley me ha dado, pude mantener la calma cuando la mujer comenzó a gritarme».
Megan sufre de «ceguera episódica» desde los 15 años tras sufrir una grave lesión en la cabeza. Esto además ha provocado otros problemas médicos, como desmayos, vértigo, alteración del equilibrio e incluso pérdida de la audición.
Megan dijo:
«En el incidente sufrí múltiples fracturas en el cráneo, lo que me dejó con múltiples discapacidades. Puedo perder la vista temporalmente en cualquier momento, lo que es realmente aterrador. Incluso cuando puedo ver, me siento tan mareada y desorientada al caminar que me topo con obstáculos y tropiezo con las cosas».
Rowley tiene dos años y siempre está disponible para ayudar a Megan en sus labores diarias, como desvestirse, desatarse los zapatos, recuperar los objetos que se han caído, entre otras. Pero también, tiene la capacidad de cumplir con funciones más complejas como solicitar ayuda cuando ella pierde el conocimiento.
Megan dijo:
«Las personas deben saber que los perros de asistencia tienen diferentes formas y tamaños y están entrenados para ayudar a las personas con diferentes discapacidades. Al igual que una silla de ruedas, un bastón o un par de anteojos, son ayudas auxiliares importantes y vitales y, como tales, están legalmente autorizados para acompañar a sus propietarios discapacitados en todos los lugares públicos».
Megan ha sufrido rechazo debido a su condición
Por desgracia, esta no es la primera vez que Megan pasa por una situación de rechazo debido a su condición.
«No creo que haya tenido un viaje sin estrés en el transporte público, por eso estoy tan nerviosa cuando lo uso ahora. En otras ocasiones me escupieron, me detuve, me aparté del camino y me acusaron de ser ‘otra joven borracha’ cuando perdía el conocimiento debido a mi afección cardíaca y mi trastorno neurológico».
«Trato de mantenerme positiva y no dejar que incidentes como lo que sucedió me desanime porque no me avergüenzo de mi discapacidad. A pesar de tener tantas experiencias negativas, sé que estas personas son una minoría. La mayoría de las personas son buenas y amables».
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