Craig Grossi es un infante de marina que llegó a Afganistán en helicóptero cuando aún era de noche, a la mañana siguiente, combatientes talibanes atacaron su unidad y Grossi intentó sobrevivir durante varios días.

Grossi dijo a The Dodo:

«Era un tipo diferente [de lucha] de lo que habíamos visto. Fue bastante intensa durante un par de días, y yo estaba tan preocupado por mi defensa».

Cuando los combates cesaron, Grossi decidió explorar su alrededor y fue allí cuando vio a un perro «con una cabeza grande y las patas un poco torpes». Este perro estaba solo y esto le pareció extraño porque generalmente los perros sin hogar andan en manadas y son agresivos, pero este perro tenía algo muy singular que capturó su atención.

Él encontraba restos de comida y en un arbusto dormía y comía, era demasiado autosuficiente. Por desgracia, los soldados tienen prohibido el acercamiento hacia los perros. «Hasta ese momento nunca había tenido un problema con las reglas», dijo Grossi.

Grossi estuvo observando al perro por un tiempo, «él era el perro de nadie», dijo Grossi.

Grossi sintió la necesidad de acercarse al perro con extremo cuidado y se dio cuenta de que él estaba muy sucio y cubierto de insectos, aún así, el perro movió su cola con mucha alegría dejando al infante de marina absolutamente sorprendido.

Grossi le ofreció un trozo de carne seca y el perro muy amablemente lo recibió, al hombre le resultó increíble ver cómo un perro sin hogar que no tenía a nadie en el mundo poseía un espíritu tan bonito.

Un infante de marina rescató a un perro sin hogar de Afganistán

Este infante de marina se empezó a alejar del lugar en que se encontraba el perro y cuando miró hacia atrás vio como éste lo estaba siguiendo, un amigo de Grossi vio la bonita escena y le gritó «Parece que usted hizo un amigo».

Desde este momento, estos dos amigos no se han separado, esta historia es asombrosa porque todo sucedió en medio de la guerra. Al caer la noche, Grossi y los demás infantes de marina debían ir a corroborar que las familias de los civiles estuviesen bien.

«Cuando empezamos a salir por la noche, Fred vino con nosotros», dijo Grossi. Pero él y los demás se encontraban muy preocupados de que Fred ladrara. «Pero Fred no ladró, él nunca hizo un sonido».

La unidad fue llamada de vuelta a la base principal y allí descansaron unos días antes de irse para otro país. Una noche antes del viaje, Grossi estaba pensando en qué haría con Fred e incluso se sentó a «hablar con él», este infante de marina le dijo: «necesito una señal».

Al otro día, un helicóptero fue en busca del equipo y pasó por encima de todos los infantes de marina, fue allí cuando Grossi sintió un empuje en sus talones y cuando miró hacia abajo, era Fred que se encontraba aterrorizado, pero dispuesto a irse con él.

Este hombre metió a Fred en una bolsa de lona. «Si me atrapaban con él, podría ir a la cárcel», dijo Grossi. Fred se portó muy bien y no causó ningún tipo de molestia o inconveniente que pusiera en problemas a su amigo.

Grossi y Fred vivieron una historia de rescate única

Cuando el helicóptero llegó a la base, el perro fue sacado discretamente en la camioneta de un amigo. Grossi vio un letreto gigante amarillo con letras rojas que decía DHL, «[La compañía naviera] había establecido una estación mientras estábamos fuera en el campo. Era un increíble momento», dijo Grossi.

Este hombre se acercó a preguntar hipotéticamente qué necesitaría para enviar un perro a los Estados Unidos, «Si tuviera un perro, dije una y otra vez», dijo Grossi. «Pero vieron a través de mí».

Fred se reunió con los miembros del DHL y todos se sintieron realmente enamorados debido a la amabilidad del perro.

Grossi fue enviado nuevamente al campo y no pudo reunir a tiempo los documentos necesarios para el envío de Fred a la casa de sus padres en Estados Unidos, pero el DHL estuvo pendiente de este perro en todo ese tiempo.

Desafortunadamente, Grossi sufrió un accidente con un cohete que le causó una lesión cerebral, este hombre tuvo que recuperarse en el hospital, pero no dejó de pensar ni un solo momento en Fred y apenas fue dado de alta, se dirigió al DHL en su búsqueda, cuando llegó allí no vio al perro por ningún lado y comenzó a preocuparse.

«Miro a mi alrededor y no veo a Fred», dijo Grossi. «Pero entonces veo a los trabajadores jugar al fútbol y Fred estaba en el medio, corriendo con los chicos».

Fred fue enviado a los Estados Unidos

Grossi llevó a Fred a una revisión veterinaria y alistó los formularos para el viaje a Estados Unidos, pero aún faltaba algo, una caja especial para transportar perros, entonces recordó que un día cuando estaba en la cafetería de la base, un marino le dijo: «yo sé de Fred y quiero ayudar».

La marina comenzó a trabajar en una unidad especializada para ayudar a los perros militares y allí fue donde Grossi consiguió una caja para transportar a Fred.

La familia de Grossi recibió a Fred con mucho amor, «habían todas estas cosas que la gente envía a casa en la cinta transportadora, como alfombras y moquetas», dijo Grossi. «Y luego estaba este perro sucio».

Tres meses después, Grossi fue a los Estados Unidos para reunirse con el perro y con su familia. Él consiguió un trabajo con el gobierno por un tiempo y después fue a la universidad, en el 2015 este par de amigos viajaron por varias partes del país contando su historia durante ocho semanas.

Grossi logró graduarse de la universidad en Mayo y su pasión por la escritura ha vuelto a surgir, actualmente este ex infante de marina está trabajando en un libro donde busca plasmar la maravillosa historia del rescate de Fred.

Más información: Facebook | Instagram | Fred The Afghan | Craig Grossi

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