Alla Morozova es la propietaria de un refugio en Novosibirsk, Rusia, donde Maru, una noble perrita de raza Bullmastiff fue adoptada por una pareja cuando tenía cinco meses de edad. Lastimosamente, después de seis meses Alla recibió una llamada de la pareja afirmando presentar alergias a los animales así que necesitaban regresarla al refugio.
Alla dijo:
«Nunca renuncio a mis perros y cuando adoptan uno, se estipula que los dueños deberían informarme si ya no lo pueden tener».
Ante la situación se decidió enviar a Maru en un tren devuelta al refugio y un asistente accedió a cuidar de él, pero después de aproximadamente 125 millas del viaje (201 km), el tren se detuvo en una estación cerca de Achinsk y la perrita escapó, según The Siberian Times.
Perrita fiel camina más de 200 km para buscar a la familia que la abandonó
Maru se encontraba muy asustada, las personas en las que más confiaba la habían abandonado, además el tren era demasiado ruidoso.
Ella saltó la puerta del compartimiento, pateó la manija y casi tiró al conductor de su camino.
Nadie fue capaz de retenerla, de inmediato el encargado de Maru se contactó con la pareja para informar sobre su desaparición, y ellos se comunicaron con Alla, quien solicitó que fueran al área de Achinsk y la buscaran, pero ambos se negaron.
La pareja no demostró preocupación, como si la perrita ya no estuviese bajo su responsabilidad en absoluto.
Se cree que Maru estuvo caminando desde esa estación hasta la zona industrial de Krasnoyarsk.
Alla por su parte, decidió difundir mensajes sobre Maru por medio de folletos y las redes sociales.
Después de dos días y medio la perrita fue encontrada en una zona industrial de Krasnoyarsk tratando de llegar al hogar donde había sido rechazada, se encontraba herida y cansada, con «lagrimas en los ojos» según afirmaron sus rescatistas.
Ella tuvo que pasar por los bosques rusos, plagada de osos pardos y lobos. Resulta increíble que haya sobrevivido y que tenga un sentido de la ubicación tan desarrollado.
Alla afirmó:
«Geográficamente, ella no tenía ningún punto de referencia en absoluto. En la ciudad solía caminar solo en el patio, nunca iba a ningún otro lugar».
Maru estaba cansada, coja, sus patas, sus almohadillas y su boca estaban heridas. Había caído de un terraplén del tren antes de ser encontrada.
De no estar herida, la noble perrita seguramente hubiese regresado al lugar que consideraba su hogar.
Ahora Maru se encuentra bajo tratamiento para superar su terrible experiencia al lado de sus padres biológicos del refugio en Novosibirsk, y además está bajo tratamiento por sus heridas.