El año pasado, Fiona Presly formó una amistad poco probable que nunca olvidará. Mientras cultivaba un huerto fuera de su casa en Escocia al comienzo de la primavera, Fiona notó una reina abejorro a sus pies, que parecía bastante fría y desorientada. Temiendo que la pequeña pudiera ser pisada, se inclinó para colocarla sobre una flor, sin saber en ese momento que esta reina no era como el resto.
Fiona dijo a The Dodo:
«La levanté y noté que había algo peculiar. Ella no tenía alas».
Al no saber de qué otra manera ayudar, Fiona le ofreció a la abeja un poco de agua azucarada y la puso en un brezo floreciente, con la esperanza de que ella pudiera arreglárselas sola. Sin embargo, al revisar el lugar unas horas más tarde, descubrió que la abeja no se había movido de allí.
Para empeorar las cosas, estaba a punto de comenzar una fuerte tormenta, por lo que Fiona dio un paso más.
Ella dijo:
«La llevé adentro esa noche, la mantuve abrigada y la alimenté más. Pensé que la echaría al día siguiente, pero el clima también era malo. Así que la mantuve dentro».
Fiona se puso en contacto con el Bumblebee Conservation Trust en busca de ayuda y descubrió que la abeja probablemente tenía un virus que causaba problemas en el desarrollo del ala. Las posibilidades de supervivencia de la reina en la naturaleza eran escasas sin poder volar.
Pero al ver que la abeja estaba sana, Fiona decidió darle la oportunidad de vivir, así que le hizo un jardín para ella.
Fiona y Bee se volvieron amigas
Dado que la abeja, a la que llamó Bee, tendría que caminar de flor en flor para alimentarse, Fiona le construyó un buffet floral privado. Utilizando un poco de red, ella construyó un recinto lleno de flores en las que las otras abejas no pudieran alcanzar el polen.
Bee ahora estaba totalmente instalada, y Fiona siguió revisándola todos los días, trayendo sus pequeñas tazas de agua azucarada si parecía estar letárgica y llevándola adentro si el clima empeoraba.
Fiona no imaginaba que pronto se formaría un vínculo notable entre ella y el abejorro que rescató.
Cada vez que Fiona pasaba por el jardín cerrado, algo inesperado comenzaba a suceder: Bee salía ansiosamente del follaje para saludarla.
Fiona dijo:
«Ella caminaba hacia mí y se arrastraba sobre mi mano. Parecía muy feliz de verme. Me hizo parar y pensar, aquí está pasando algo».
Por razones que ella no podía explicar, Bee parecía disfrutar genuinamente de estar en contacto con ella. Parecía iluminarse cada vez que Fiona estaba cerca para abrazarla.
Fiona dijo:
«Era como si todo su ser volviera a la vida. Creo que le gustó el hecho de que no estaba sola. Creo que prosperó en compañía, incluso de otra especie. Son criaturas naturalmente sociables. Eso sería por instinto».
Fiona también estaba enamorada de Bee, que parecía considerarla una verdadera amiga. Para la familia y amigos de Fiona, estaba claro que ella y Bee estaban unidas.
Este abejorro vivió más tiempo del normal
Normalmente, un abejorro reina pasa la primavera y el verano construyendo un nido, apareándose e iniciando una colonia, y finalmente muriendo al acercarse el otoño. Pero, bajo el cuidado de Fiona, Bee los había sobrevivido a todos.
Pero su tiempo finalmente se agotó. Cinco meses después de ser rescatada, Bee se durmió en la mano de Fiona y nunca más volvió a despertarse.
Fiona dijo:
«Estaba triste cuando murió, pero sabía que iba a suceder. Ya era mayor de lo que debería haber sido. Había sido muy especial estar con una criatura pequeña, como Bee. El hecho de que ella vivió más que unas pocas semanas me sorprendió. Eso fue gratificante en sí mismo».
Fiona enterró el pequeño cuerpo de Bee en su jardín, junto con una flor favorita.
La experiencia de Fiona con Bee, y el vínculo mágico que formaron, fue inesperada, pero le abrió los ojos a la idea de que el mundo puede estar más lleno de sentimientos de lo que la mayoría de la gente piensa.
«Ahora veo todos los insectos bajo una luz diferente. Ha cambiado mi percepción de cómo son los insectos. Creo que hay muchas cosas que no sabemos».
Más información: Facebook/ Fiona Presly
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Una historia tan conmovedora, que terminé de leerla con lágrimas, creo que fue una bendición para ambas haberse conocido.
QUe maravillosa historia y que corazòn tan maravilloso el de la señora!
Me ha emocionado….
A MI ME SUCEDIÓ ALGO PARECIDO. RESCATÉ A UNA ABEJA DE AHOGARSE Y DESDE ESE DÍA ME SEGUÍA A DONDE QUIERA QUE YO IBA. FUE ALGO HERMOSO E INCREÍBLE. UN DÍA SE FUE Y LA ESPERÉ PERO YA NO REGRESÓ. AUN LA RECUERDO Y EXTRAÑO.-
Hermoso el encuentro de Fiona y Bee,realmente algo fuera de lo comun,muy lindo que lleguen a tener una amistad asi y por lo menos sus ultimos dias los paso con cariño y atencion
Qué historia tan linda. Yo también tengo empatía por ellas. Hace muchos años, mi abuelita colocaba azúcar en un recipiente pequeño para el uso diario. Cuando colaba café las abejas entraban al apartamento y se colocaban en los recipientes que mi abuela utilizaba para eso. Jamás las espantamos y menos hacerles daño. Recuerdo una película titulada: «La Abeja Maya» y esa historia me hizo sentir segura al lado de ellas. Ha habido noticias de abejas africanas asesinas, pienso que de ser cierto, mucho tiene que ver el hombre en esas mutaciones. Las amo, y me preocupa que por los herbicidas, fungicidas, abonos químicos y todo eso inventado por los humanos, puedan algún día desaparecer. Los seres humanos deberíamos tener en cuenta que la naturaleza nos prodiga de todo para subsistir, que cuando cambiamos esas bondades de nuestra madre tierra, ocurren desastres. Si las abejas desaparecen los humanos moriremos de hambre, eso es lo que debemos tener en cuenta.
Me conmovió mucho… es una historia realmente entrañable. Inicialmente pensé que era una tontería pero no, está llena de sensibilidad y respeto por un ser vivo.