Pony, es una hermosa orangután de Borneo, en peligro de extinción que fue arrebatada de su madre cuando era un bebé para ser utilizada como esclava sexual en un burdel de Kareng Pangi, Borneo Central, Indonesia.
Ella fue rescatada en 2003 por unos conservacionistas, y las condiciones en que se encontraba eran lamentables, estaba encadenada, acostada en un colchón. Además, era afeitaba cada dos días, su piel estaba irritada, cubierta de llagas, era propensa a las picaduras de mosquitos, y era obligada a usar perfume y maquillaje para complacer a los agricultores locales de aceite de palma que pagaban aproximadamente £ 2 para tener sexo con ella.
Lone Droscher-Nielson, fue parte del equipo de rescate de Pony y afirmó:
«Cuando descubrí que la usaban para la prostitución y no solo como una mascota, me horroricé. Tal vez en mi ingenuidad nunca hubiera creído humanamente posible hacer algo así a un animal».

Aunque la vida de Pony cambió por completo, y ahora se encuentra en un santuario de orangutanes, donde puede escalar árboles, atravesar ríos y nunca más tendrá que ser víctima de la perversión humana, sus rescatistas lamentan mucho que se le haya arrebatado la posibilidad de vivir en completa libertad en su hábitat, pues ella ahora carece de las habilidades necesarias para sobrevivir tras permanecer tanto tiempo en cautiverio.

Michelle Desilets, directora de la Fundación de Supervivencia del Orangután de Borneo dijo:
«Ellos [los trabajadores agrícolas] venían especialmente por ella. Podían elegir un humano si lo preferían, pero era una novedad para muchos de los hombres tener relaciones sexuales con un orangután».

«Conocí a Pony poco después de que fue rescatada. Su resistencia es asombrosa. A pesar del trauma, ella mantuvo una dignidad y sentido del humor. Tenía la mejor personalidad y aprendió a confiar muy rápidamente, a pesar de lo que había pasado. La estaban utilizando como esclava sexual. Probablemente tenía unos seis o siete años cuando la rescatamos, una señora la mantuvo cautiva durante mucho tiempo».
Orangután fue obligada a trabajar como esclava sexual en un burdel
Las personas que prostituían a Pony se mostraron reacias a dejarla ir, incluso amenazaron a sus rescatistas con machetes, por lo que se tuvo que acudir a 35 policías armados con AK-47 y otras armas para exigir su libertad.
Lone dijo:
«Ella se recuperó lentamente y los cuidadores masculinos fueron presentados lentamente a ella. Ya no parecía tenerles miedo y estaba feliz con cualquier compañía que pudiera tener».

Monterado Fridman, el Coordinador de Comunicación y Educación del santuario, dijo:
«Vivir tanto tiempo con humanos y ser tratado de manera tan espantosa mientras estaba en cautiverio, no fue fácil para Pony aprender a vivir como un orangután salvaje. Pony ha pasado por un largo proceso de rehabilitación para olvidar su terrible experiencia y recuperar su naturaleza salvaje para convertirse en un verdadero orangután».

Cabe resaltar que los orangutanes se encuentran en peligro de extinción debido principalmente a que sus hábitats han sido destruidos por el cultivo de aceite de palma que es empleado en diversos productos, incluyendo jabones y pan.

En defensa de estos animales se creó un anuncio en Islandia que posteriormente prohibieron después de que un organismo de control considerara que su historia era «demasiado política» debido a su postura sobre el aceite de palma.
Por otra parte, se cree que alrededor de 1.000 orangutanes son asesinados cada año para que sus bebés puedan venderse en el mercado negro. En promedio por cada bebé de orangután vendido, al menos otros cuatro mueren.
Más información: Daily Mail | The Sun
Visita también:
Perro le da apoyo moral a su juguete favorito durante el tiempo de lavado
Gato rescatado por un bombero de un incendio forestal no quiere separarse de él
Un espanto. No deja de asombrarme la capacidad e imaginación de la maldad humana…¡ Una orangutana como prostituta en un burdel!!!!!!!
Afeitarla, atarla, lastimarla…Ni quiero pensar en coeficiente mental de la gente que la rodeaba. Por suerte está en un Santuario.
Me encantaría que publiquen la historia de la orangutana Sandra, quien luego de haber estado en el Zoológico de Buenos Aires y gracias a varios trámites judiciales desde principios de éste mes está en el Center for Great Apes en Wauchula, Florida.
Perdón por no haber explicado en detalle la situación. Conservo los recortes de diarios sobre lo que termino de decir y figura en Google.