Cada vez que Sarah Elkins se dirigía a su trabajo, siempre se encontraba con una adorable perrita que estaba en un patio cerca de su oficina. Ella parecía ponerse feliz cuando la veía desde la cerca, empezaba a saltar y a jugar, pero Sarah nunca vio a su familia.
Por esta razón, siempre guardaba distancia frente al animal, pues no quería acariciar a la dulce chica sin permiso.
Sarah dijo a The Dodo:
«Empecé a decirle que era una chica bonita, y pronto empezó a meter la nariz a través de la cerca y menear la cola, pero nunca quise entrometerme en su espacio».
Mujer deja nota para poder acariciar una perrita
Un día, Sarah tomaba un descanso de su trabajo y salió a caminar, estaba teniendo una jornada muy difícil y necesitaba despejar su mente. Tan pronto como vio la cara de la dulce perrita que la miraba desde el jardín, su ánimo cambió, y supo la importancia de su amistad.
Sarah se dio cuenta de lo importante que era su presencia, y que tenía que encontrar la manera de obtener un permiso oficial para acariciarla.
Sarah dijo:
«Ella me vio salir de mi oficina desde su patio y me saludó en la puerta con un movimiento de cuerpo completo y una sonrisa. No pude soportarlo más y volví corriendo a la oficina para imprimir un cartel».
Ella hizo una nota en una hoja de papel que decía:
«¿Puedo acariciar a tu perro? Ella parece tan buena chica. Trabajo en la oficina de al lado y hago un par de caminatas todos los días. Ella siempre me saluda en ambas puertas, pero no quiero ser grosera».
Sarah colgó el letrero de la puerta principal para asegurarse de que pudieran verlo, luego cruzó los dedos esperando una respuesta positiva. Al día siguiente se fue temprano para su trabajo y pasó por la casa en busca de alguna respuesta.
Para su sorpresa, había una respuesta colgada en el mismo lugar donde había dejado la nota.
El mensaje decía:
«¡Por supuesto! Su nombre es Sparrow y es una buena chica».
Sarah, estaba muy emocionada con la respuesta, ya que después de muchos meses, finalmente iba a acariciar a Sparrow y a brindarle mucho amor.
Sarah, dijo:
«Estaba un poco nerviosa de que la respuesta fuera no, pero no fue así. Aún mejor, Sparrow estaba allí moviendo su cola tan rápido que movía todo su cuerpo de lado a lado».
Desde entonces Sarah saluda y acaricia a su nueva amiga todos los días cuando pasa, o incluso se escapa un momento de su trabajo cuando la ve en el patio, ya que Sparrow no siempre está allí y su familia la protege de los cambios en el clima.
Pero cada vez que puede salir al jardín, está muy emocionada de poder ver a su amiga, y la saluda con un entusiasmo único.
Sarah dijo:
«A veces incluso pone sus patas en la cerca para recibir un abrazo».
Esta linda amistad seguirá prosperando con el paso del tiempo, y siempre estarán dispuestas a alegrar sus días mutuamente.