Se han dado a conocer imágenes al mundo de los «mercados húmedos», que siguen operando en diferentes partes de Asia. Las fotos y vídeos muestran cómo estos mercados siguen vendiendo animales para el consumo humano, en medio de la suciedad, enfermos y hasta podridos.
A pesar de que la pandemia de coronavirus se inició aparentemente en uno de estos mercados de animales salvajes en Wuhan, China, dichas prácticas se siguen ejerciendo sin control.
Las devastadoras imágenes fueron tomadas en los países de Camboya, China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam, por investigadores de la organización benéfica animalista PETA.
Mercados húmedos operan sin control en Asia
Pese a que la organización ya había lanzado una alerta frente a los mercados en Indonesia y Tailandia, la investigación, que fue realizada en abril, reveló muchos otros lugares. Aunque el nuevo coronavirus ha causado una crisis mundial de salud, los animales exóticos siguen a la venta.
Entre los animales disponibles para la venta, se pueden observar: conejos, gansos, monos, sapos, serpientes, murciélagos, patos, y pollos que esperan ser sacrificados para el consumo.
Además, el grupo animalista aseguró que en varios lugares también se pudo ver a los gatos siendo vendidos como un producto para el consumo.
La evidencia recolectada por los investigadores de la organización, sin duda muestra al mundo la falta de control e higiene en los mercados visitados. En Tailandia, patos y pollos, vinculados a la peste de la gripe aviar, se observaron amontonados en jaulas oxidadas, algunos en mal estado de salud.
Mientras en Filipinas, trabajadores en chanclas caminan en los pisos empapados de sangre, cortando cadáveres de cerdos y pájaros, con sus manos sucias.
En Vietnam, las cabezas cocidas y otras partes de los cuerpos de los animales sacrificados, son apiladas al lado de los animales vivos. En general, sangre, tripas y órganos de los animales muertos rodean los mercados, generando suciedad y moscas alrededor, creando un ambiente poco saludable para todos.
El nuevo coronavirus ha cobrado la vida de más de 300.000 personas en el mundo, provocando una gran preocupación a las autoridades.
La organización, hace un llamado para que se prohíba en todo el mundo los mercados húmedos, argumentando que es un cultivo de microorganismos que podría causar la propagación de otra enfermedad mortal.
PETA y sus afiliados internacionales, está utilizando los videos para reforzar el llamado e instar a la OMS a tomar medidas pertinentes frente al tema.
Ingrid Newkirk, fundadora de PETA, dijo a Mail Online:
«La próxima pandemia mortal es inevitable mientras los mercados llenos de animales enfermos y estresados sigan abiertos. PETA está pidiendo a los funcionarios del gobierno que cierren estos mercados para prevenir pandemias».
China prohibió temporalmente la venta de vida silvestre, como respuesta al coronavirus, pero el comercio de pescado y aves vivas se ha reabierto en el país.
Los científicos consideran que este tipo de mercados y las prácticas empleadas allí, son una «bomba de tiempo» para la propagación de futuras pandemias. Pues en la mayoría mantienen una gran cantidad de especies aglomeradas, lo cual facilita la transferencia de los virus de un animal a otro.
Además, se ha demostrado de que muchas de las enfermedades en humanos que se conocen hoy en día, provienen de animales salvajes.
Jeremy Farrar, experto en enfermedades infecciosas, dijo a Mail Online:
«Muchas infecciones en humanos que conocemos hoy, en realidad se originaron en animales. La variedad de animales permite que el virus esté en muchos anfitriones diferentes, lo que le permite adaptarse con facilidad. El virus luego puede ser trasmitido a los humanos que compran y venden en el mercado».
Aunque la OMS apoyó la reapertura de los mercados en China, dejó claro ciertas políticas que se deben tener en cuenta para el desarrollo comercial.
La OMS es consciente de que muchas personas dependen de este tipo de comercio para subsistir, pero es evidente que es un peligro para la humanidad. Tradicionalmente en este tipo de comercio se venden productos frescos y animales exóticos vivos, que se sacrifican al aire libre y se entregan al consumidor.
Sin embargo, las malas prácticas de seguridad e higiene alimentaria, siempre serán una fuente de cultivo de nuevas enfermedades para los humanos.
Es por ello que los gobiernos deben ejercer un control más riguroso sobre la venta y consumo humano de vida silvestre en el mundo.