Tongki tenía 24 años y vivía en Everland, un parque temático en Corea del Sur que contiene un zoológico. Él era el último oso polar que sobrevivía en el país y próximamente iba a ser trasladado a un santuario, pero por desgracia, el 17 de octubre fue encontrado sin vida en su recinto, según The Dodo.
Las condiciones en que este oso polar vivía eran completamente inadecuadas, allí en los meses de verano las temperaturas superan fácilmente los 90 grados Fahrenheit, el calor tropical era tan intenso que Tongki permanecía la mayor parte del tiempo inmóvil en una piscina de poca profundidad mientras los visitantes lo miraban fijamente y le tomaban miles de fotografías, él no tenía ningún lugar para escapar.
Tongki estuvo durante pocos días antes de morir en un parque de vida salvaje británico, y aunque allí podía disfrutar de temperaturas frescas, hielo y nieve, no pudo soportar más.
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Los defensores de los animales siempre expresaron su inconformidad sobre la situación de Tongki, como es el caso de Jiyoung Lee, del grupo Action for Animals.
Lee habló en 2015 con The Dodo para exponer la historia de este oso polar y describió su exhibición como «pequeña, estéril y terrible», y señaló que carecía de características clave que hubieran aumentado su comodidad.

Miles de personas firmaron peticiones online para que Tongki fuera reubicado en un lugar adecuado para él.
No es un secreto para nadie que un oso polar no puede vivir cómodamente en un zoológico tropical, y una historia similar a la de Tongki es la de un oso polar deprimido llamado Arturo, en un zoológico de Argentina que falleció en 2016.
Oso polar muere tras permanecer 21 años en un zoológico

Defensores escribieron en línea:
«Los veranos coreanos son calurosos y húmedos, y son una verdadera tortura para Tongki. Los osos polares no tienen ningún medio fisiológico para mantenerse frescos (como las glándulas sudoríparas). Los osos polares cautivos a menudo se ven imitando los mismos métodos de comportamiento que los perros para enfriarse, como las lenguas babosas y los jadeos».
El zoológico, operado por la marca surcoreana Samsung, sorprendió a los defensores cuando anunció que trasladaría a Tongki a un santuario.

Aunque Tongki perdió la vida, su historia debe motivarnos a luchar para evitar que los zoológicos mantengan a los osos polares en cautiverio.
«Nos encontramos tristes de que Tongki no haya llegado a Yorkshire Wildlife Park, donde habría mejorado mucho las condiciones de vida. Descansa en paz, Tongki».
Si usted desea realizar una donación a la organización Polar Bears International para ayudar a proteger a los osos polares en la naturaleza, puede hacer click aquí.
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