Cuando Bill Blair estaba capturando imágenes con su dron, de un terreno quemado después de los incendios forestales que arrasaron Australia, vio algo que llamó su atención. Acurrucado en la base de un árbol en isla Kangaroo, había un pequeño bebé koala, estaba solo, asustado, muy confundido y buscando quien lo ayudara.
Bill ya estaba en su auto tomando las imágenes, pero cuando se dio cuenta del pequeño, decidió volver, pues no podía dejarlo allí.
Bill dijo a The Dodo:
«Recordé que cuando llegué me dijeron que si me encontraba con un koala en la base de un árbol, significa que no queda nada más y necesita ayuda, y que arroje algo sobre él como una manta o una camisa, para que lo calme».
Koala permanece al lado de su salvador

«Así que me quité la camisa y la puse sobre el koala, lo recogí y lo llevé de regreso al auto con el dron en la otra mano».
El Koala estaba muy asustado cuando Bill se acercó a él para recogerlo, pero parecía saber que él estaba allí para ayudarlo y rescatarlo.
El pequeño estaba muy herido, tenía sus cuatro patas quemadas, fue un milagro que el bebé koala hubiese podido sobrevivir solo.

Después de llevar al koala hasta su auto envuelto en su camisa, Bill decidió llevarlo al hospital de koalas improvisado que se había instalado en la isla.
Mientras Bill conducía, de repente el koala sacó su cabeza de la camisa, observó a Bill un momento y miró por la ventana y a explorar el auto.

Bill dijo:
«…Luego, cuando se relajó lo suficiente, se acercó y, después de subirse a los respaldos de los asientos por un rato, se sentó en mi espalda justo al lado de mi hombro y se acurrucó».
Durante el resto del viaje, el koala permaneció en la misma posición, acurrucado junto a Bill, él estaba muy agradecido con su salvador.
Cuando llegaron al hospital, Bill les pasó el koala al equipo encargado de suministrarle la atención necesaria para su recuperación. Pero tanto Bill como el pequeño koala se mostraban reacios a decir adiós, no querían separarse el uno del otro.
Bill dijo:
«Creo que parecía aliviado de que lo encontrara y ciertamente mostró afecto hacia mí. No quería dejarme cuando lo pasé al enfermero militar».

Por fortuna, el pequeño koala obtuvo el cuidado y la atención que necesitaba para su recuperación, y luego pudo ser liberado en su hábitat natural.
Bill dijo:
«Están haciendo un trabajo increíble allí, koalas y canguros han sido traídos todos los días por los lugareños. Ver a todas estas personas trabajando juntas para ayudar a estos animales fue realmente sorprendente. Estoy muy contento de poder involucrarme de una forma pequeña».

Sin duda el pequeño koala nunca olvidará al hombre que lo vio y se tomó el tiempo de ayudarlo y salvarle la vida.
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