Recientemente se dio a conocer la historia de Tikiri, una elefanta demacrada que fue sometida a desfilar por las calles como parte del festival religioso anual budista Esala Perahera, en Sri Lanka.
Esta noticia conmocionó al mundo, ella tenía que soportar el peso de trajes coloridos y de una persona encima suyo durante días, con una gran cantidad de artistas que incluyen bailarines, malabaristas, socorristas y músicos a su alrededor.
Las fotos compartidas por la fundación benéfica Save Elephant Foundation con sede en Tailandia mostraban las condiciones en que se encontraba Tikiri y eran lamentables, una de ellas la muestra colapsada en el suelo después de terminar el festival.
Elefanta demacrada muere tras permanecer durante años como esclava
Lek Chailert, fundador de Save Elephant Foundation, dijo antes de su muerte:
«Tikiri se une al desfile temprano hasta altas horas de la noche durante 10 noches consecutivas, en medio del ruido, los fuegos artificiales y el humo. Camina muchos kilómetros para que las personas se sientan bendecidas durante la ceremonia».
Tras la protesta de los activistas por los derechos de los animales, la elefanta fue devuelta a su cuidador en Rambukkana, una aldea cercana al Orfanato de Elefantes de Pinnawala, pero por desgracia su salud se encontraba muy deteriorada y falleció.
A principios de este mes, Lek Chailert compartió fotos de Tikiri en las que se muestra que sus condiciones nunca mejoraron aunque fue devuelva a su dueño, incluso se le puede ver con las patas encadenadas.
Por otra parte, un templo budista llamado la Reliquia del Diente Sagrado afirmó que la elefanta demacrada sufría una enfermedad digestiva que le impedía subir de peso.
Save Elephant Foundation expresó lo siguiente en una publicación de Facebook:
«La triste noticia acaba de salir esta noche de que Tikiri falleció. Hay tanto dolor como alivio aquí. Pensar en ella trae tanto dolor a mi corazón».
Resulta lamentable que Tikiri permaneciera en sufrimiento la mayor parte de su vida, pero también es cierto que ahora se encuentra descansando y que su alma se encuentra libre.
Save Elephant Foundation dijo:
«Lo que deseamos para Tikiri, fueron incluso unos pocos días de libertad con amor y cuidado, y ahora lo exigiremos para los demás».
Su historia es sin duda una motivación más para que los defensores de los animales sigan luchando con más fuerza por los gigantes cautivos nacidos bajo los sometimientos del hombre. En este festival otros 60 elefantes también se vieron obligados a caminar por millas como Tikiri.
Un portavoz del templo dijo que el cuidador de Tikiri había pedido que ésta participara en el festival como parte de la creencia de que las ofrendas religiosas pueden curar a los animales. Así que en otras palabras, permitió a Tikiri participar en la procesión con la esperanza de curarla.
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