En la República del Congo, un conocido cazador furtivo de elefantes ha recibido una condena ejemplar de 30 años en prisión, y trabajos forzados, por un tribunal penal del país. El hombre de 35 años llamado Mobanza Mobembo Gerard, apodado “El carnicero de Nouabale Ndoki”, era perseguido por las autoridades competentes desde hace varios años.
A Mobanza se le atribuyen cargos relacionados con tráfico de marfil, caza de elefantes, intento de asesinato de guardabosques, posesión de armas militares, entre otros.
Cazador furtivo de elefantes fue condenado

Además, el hombre recibió la orden de pagar 38 millones de francos centroafricanos por daños y perjuicios a los guardabosques, lo que equivale a 68.000 dólares estadounidenses. Esta condena es un hecho sin precedentes y es muy importante para la protección de la vida silvestre en la República de Congo.
Generalmente, este tipo de delitos se juzgaban en tribunales civiles, que alcanzaban una pena máxima de 5 años, por lo que esta sentencia es un mensaje claro para los cazadores.

Wildlife Conservation Society (WCS), reveló que Mobanza era el encargado de dirigir expediciones de cacería en el Parque Nacional Nouabale-Ndoki; las cuales fueron responsables de la muerte de aproximadamente 500 elefantes desde el año 2008, por lo que era uno de los cazadores más buscados.
Emma Stokes, directora general de WCS, dijo en un comunicado:
«La sentencia envía un mensaje extremadamente fuerte acerca de que los delitos contra la vida silvestre no serán tolerados y serán procesados al más alto nivel».

La persecución del criminal, que duró más de tres años, comenzó cuando en medio de un enfrentamiento armado, Mobanza y sus hombres hirieron a varios guardabosques. El delincuente y su grupo, eran perseguidos por los guardabosques del parque, porque habían matado a 11 elefantes en el lugar.
Por fortuna, los guardabosques sobrevivieron a las graves heridas y tres de los hombres del grupo de cazadores fueron capturados y llevados a prisión.

Luego de varias presiones ejercidas sobre los capturados, finalmente dieron suficiente información sobre el paradero de Mobanza, para que la policía pudiera detenerlo. Mobanza fue capturado, pero logró escapar antes de su juicio en el año 2018, por lo que se inició una nueva persecución que terminó con su arresto en Julio del año pasado.
Luego de recibir su condena fue llevado a la prisión en Ouesso, pero allí, nuevamente intento fugarse, sin éxito alguno.

Pero quedó claro que el cazador tenía muchas influencias y una red de apoyo bastante fuerte, como para planear de nuevo otra fuga. Por lo tanto, las autoridades del parque silvestre solicitaron a las autoridades encargadas, que este criminal fuera trasladado a una prisión de máxima seguridad.
Las autoridades aceptaron la petición, y Mobanza junto con sus tres aliados, fueron trasladados con éxito a la prisión de Brazzaville, donde cumplirán su condena.

La Dra. Emma dijo:
«La sentencia es la culminación de más de tres años de trabajo de la Unidad de Delitos contra la Vida Silvestre y el Departamento de Lucha contra la Caza Furtiva del Parque Nacional Nouabalé-Ndoki. También es el resultado de una fructífera cooperación con varias autoridades congoleñas, incluido el Ministerio de Economía Forestal, la Policía y los fiscales de distrito».
Las investigaciones finalmente revelaron que Mobanza dirigía un grupo de aproximadamente 25 cazadores furtivos, a los que se le atribuyen varias cacerías ilegales. Por lo que esta sentencia es solo el inicio de un duro trabajo que ejercen las autoridades del país, para disminuir la caza ilegal de elefantes.

Emma dijo:
«Confiamos en que la sentencia de hoy servirá para disuadir a los posibles delincuentes a los que pasarán un mal rato si infringen nuestras leyes de vida silvestre y ponen en peligro a los guardaparques y la seguridad nacional del Congo».
El Parque Nacional Nouabalé-Ndoki, fue creado en el año 1993 y declarado en el año 2012 como patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Tiene cerca de 4000 kilómetros cuadrados de selva tropical y por su extensión, es el hogar de muchos elefantes salvajes.

En la década de 1980 la población de elefantes en África era de un millón, pero ahora solo quedan cerca de 300.000 ejemplares, por lo que es de vital importancia su preservación.