Sin lugar a duda, el vínculo que hay entre una madre y su hijo, es una de las cosas más hermosas que puede existir. Sin importar si están ligados por la genética o tal vez por elección, lo que importa es el amor incondicional que existe entre ellos.
Everly, una pitbull extremadamente dulce, tuvo la oportunidad de experimentar la magia del amor maternal, luego de que una pequeña ardilla huérfana la eligiera como su madre.
A pesar de que los pitbulls han sido catalogados como perros agresivos por algunas personas, la perrita siempre se ha caracterizado por ser noble y cariñosa.
Pequeña ardilla es adoptada por una pitbull

Se ha podido demostrar que estos animales al igual que los demás perros, están llenos de amor y son igual de fieles.
En el siglo XIX, esta raza era denominada «perros niñera», porque se sabía que eran amorosos, leales, obedientes y cuidaban perfectamente a los niños. Everly heredó todas esas lindas cualidades enriquecedoras de los pitbulls, y siempre ha estado ansiosa por hacerse amiga de otros animales.

Por ello, a Morgan Joy Groves, la madre de Everly no se le hizo raro cuando una pequeña ardilla bebé se interesó en formar una amistad con la perrita. Morgan y Everly, estaban dando un paseo cuando se encontraron con una pequeña ardilla que parecía estar sola y abandonada.
La pequeña parecía asustada, y tal vez sintió que Everly sería una gran madre, porque cuando la vio inmediatamente se sintió atraída por la dulce pitbull.

Entonces, la ardilla decidió seguir a Everly y a Morgan por todo el camino, hasta que finalmente llegaron a casa. Everly decidió recostarse para descansar, lo que animó al pequeño roedor a acercarse más a ella para entrar en confianza.
La ardilla se acurrucó encima de Everly para disfrutar de una agradable y tierna siesta, después de esto la perrita decidió cuidar a la bebé.

La hermosa Everly se convirtió en la madre adoptiva de esta ardilla bebé, desde entonces la pareja disfrutó de muchas siestas, aventuras y abrazos juntos.
Sin embargo, Morgan se dio cuenta de que la ardilla necesitaba mucha más atención de la que ella y su perrita podían ofrecerle para que creciera. Lo que significaba que era necesario entregarla a un centro de vida silvestre, donde tendría mejor atención y crecería de manera saludable.

Aunque Everly amaba a su bebé adoptivo, sabía que lo mejor era que estuviera en el santuario con otras ardillas, donde aprendería lo necesario para poder sobrevivir en su vida cotidiana y en algún momento poder volver a la naturaleza.

En ocasiones, ser una buena madre significa asegurarse de que tu hijo pueda tener la oportunidad de acceder a una buena vida, incluso si toca renunciar a ellos.

La pequeña probablemente siempre recordará a su madre adoptiva, y estará agradecida por el amor y comodidad que ella le ofreció cuando más lo necesitaba.