Gilligan es un perrito que ha estado en el refugio de Bedford County Humane Society, ubicado en Pensilvania, desde que era un pequeño cachorro. Lastimosamente, tuvo un comienzo de vida muy complicado, por lo que quedó con muchos problemas para superar y poder tener una vida normal.
Por esta razón, el refugio decidió convertirlo en parte del equipo de trabajo y ahora es el recepcionista del lugar, algo que le encanta.
Joyce Ross, voluntaria del refugio, dijo a The Dodo:
«Él es un excelente saludador en la oficina. Cada vez que alguien cruza las puertas, nos avisa mientras espera pacientemente a que el visitante le traiga golosinas o incluso un juguete nuevo».
Perrito de un refugio organiza una fiesta

Pero Gilligan no solo es un buen trabajador, sino que a veces le gusta hacer una que otra travesura, sobre todo cuando está solo. Hace poco, un trabajador del refugio estaba cerrando todo el lugar por la noche y, sin darse cuenta, no cerró bien la jaula de Gilligan.

Cuando todos los trabajadores abandonaron el refugio, Gilligan abrió la puerta con facilidad y quedó libre, deambulando por el edificio, haciendo todo lo que quisiera. Estaba completamente solo, así que luego de explorar todo el lugar con mucho cuidado, decidió organizar una fiesta con todos los juguetes.
Joyce agregó:
«Pasó mucho tiempo comprobando si había alguien en el edificio. Una vez que se dio cuenta de que estaba solo, fue directamente a por los juguetes».

El perro sacó uno a uno los juguetes que tenían chirrido, de un montón de donaciones que habían organizado, y los llevó al pasillo para jugar. Gilligan arrastró, mordió y jugó con todos sus juguetes nuevos en diferentes pasillos y habitaciones, hizo un desorden impresionante, realmente hizo una fiesta histórica.
Al día siguiente, cuando los trabajadores llegaron al refugio, se encontraron con toda la evidencia, pero no necesitaban averiguar quién había hecho el desastre. Gilligan estaba allí al lado del desorden, se sentía orgulloso de sí mismo y estaba listo para hacerse responsable de sus actos, mientras bailaba alegremente.

Joyce comentó:
«No tenía remordimientos y estaba feliz de ver una cara familiar».
Mientras los trabajadores evaluaban el desorden, se alegraron de ver que el perro no había hecho otra travesura, ni siquiera fue por la comida, solo se interesó por los juguetes con chirrido.
Desde ese momento, les dejó muy claro a los otros perros del refugio que ahora esos juguetes eran de su propiedad.
@stardust9822 Gillagan had one crazy night last night. ???? #funnydogvideos #shelterdogs #dog ♬ original sound – Stardust9822
Joyce añadió:
«Todos en el refugio pensaron que era divertido que, por supuesto, no destruyera nada en el edificio además de los juguetes para perros».
Revisaron los juguetes para ver si alguno había sobrevivido para guardarlo, pero Gilligan solo le perdonó la vida a los que no tenían chirrido. Una vez que los trabajadores recuperaron y guardaron los juguetes que podían volver a utilizar, la limpieza se hizo sencilla y organizaron todo.

A pesar de organizar una fiesta sin permiso, los voluntarios no podían enojarse con Gilligan, ya que ha tenido una vida difícil y solo quería divertirse.
Por el aspecto del desastre que hizo, seguramente se divirtió al máximo, y seguramente lo repetirá apenas se le presente otra oportunidad.