Los elefantes tailandeses regresan a su hogar natal en la naturaleza, después de que los campamentos turísticos y santuarios han cerrado debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
Los campamentos y santuarios comerciales de elefantes no poseen ingresos y carecen de fondos para su mantenimiento, así que ya no pueden alimentar a estos elefantes. Los propietarios de algunos parques, han decidido enviar a más de 100 elefantes caminando hasta 150 kilómetros de regreso a sus hogares nativos.
Elefantes tailandeses regresan a casa

Save Elephant Foundation, ha estado alentando el regreso de los elefantes a sus hogares naturales, en la provincia norteña de Chiang Mai.
Aunque la fundación apoya la recaudación de fondos para alimentar a los animales que todavía están en los parques, cree que es bueno que regresen a su hábitat natural donde pueden ser autosuficientes.

Según World Animal Protection, la situación es crítica, pues hasta 2000 elefantes domesticados corren el riesgo de morir de hambre, porque no hay como alimentarlos. Más de 100 animales han marchado desde Chiang Mai hasta su tierra natal de Mae Chaem, donde hay aldeas que viven tradicionalmente con elefantes.
El fundador de Save Elephant, Saengduean Chailert, dijo que el proyecto para llevar a los elefantes a casa fue una respuesta a los llamados de ayuda de sus dueños.

Esta organización promueve el asentamiento de elefantes en aldeas que sean ecológicamente sostenibles, y puedan vivir junto a las personas con los cuidados necesarios.
Muchos de estos animales son maltratados en diferentes atracciones turísticas, y son obligados a pasear personas.
Sadudee Serichevee, un comerciante que posee cuatro elefantes en el distrito de Mae Wang de Chiang Mai, quiso seguir el enfoque de la fundación.

Él creó su propio parque llamado Karen Elephant Experience, con elefantes traídos del pueblo de su esposa, Ban Huay Bong, en Mae Chaem. Pero lastimosamente, las buenas intenciones o las ganas de hacer las cosas bien, no fueron rival para afrontar la crisis del nuevo brote de coronavirus.
Sadudee dijo a Mail Online:
«Al principio pensé que la situación volvería a la normalidad en un mes o dos. A finales de abril, perdí toda esperanza».

Entonces, él y su esposa acordaron llevar a los elefantes de regreso a su pueblo, porque ya no podían sostener los gastos mensuales de mantenimiento. También, convencieron a otros propietarios para que realizaran la caminata de 150 kilómetros con ellos, para llevar a los elefantes a sus hogares naturales.
El transporte de estos animales en camiones es altamente costoso, por lo que se decidió que el viaje se haría caminando junto a los elefantes.
La caravana de 11 elefantes junto a sus dueños, partió el 30 de abril, viajando por colinas, caminos pavimentados y de tierra, hasta llegar al destino. El pasado lunes llegaron a Ban Huay Bong, allí fueron recibidos por una fiesta de bienvenida llevada a cabo por los aldeanos del lugar.
Sadudee dijo:
«Estos elefantes no han tenido la oportunidad de regresar a casa durante 20 años. Parecen estar muy felices de volver, hacen sus ruidos felices, corren al arroyo cerca del pueblo y se divierten junto con nuestros hijos».

Pero la preocupación no disminuye, desde el mes pasado la fundación ha estado informando que alrededor de 1000 elefantes pueden morir a causa de la crisis.
Saengduean Lek Chailert, dijo a Sky News:
«Si no hay apoyo disponible para mantenerlos a salvo, estos elefantes, algunos de los cuales están embarazadas, morirán de hambre o podrán salir a la calle a mendigar. Algunos de ellos podrían ser vendidos a zoológicos, o podrían ser devueltos al negocio de tala ahora ilegal. Es una perspectiva muy sombría a menos que se reciba ayuda financiera de inmediato».
Situación que la fundación trata de evitar con la creación del novedoso proyecto, pues buscan que la vida de estos animales sea protegida.

Aunque la noticia es buena, todavía hay un camino largo por recorrer, pues en total hay 93 campamentos de elefantes en Chiang Mai; 85 de ellos se enfrentan al cierre como consecuencia de la pandemia, a menos que la situación mejore en Tailandia y el mundo.
Saengduean dijo:
«No sabemos cuándo desaparecerá el COVID-19. Así que esta es nuestra tarea, ayudar a alimentar a los elefantes que fueron despedidos a causa del brote».

Por fortuna, el proyecto se extiende por diferentes partes y ahora está activo en la provincia nororiental de Surin, famosa por su festival de elefantes.
Por lo pronto, la fundación seguirá velando por el bienestar de los elefantes, hasta que se genere una ayuda económica o se normalice la situación.
Mientras tanto, estos elefantes gozan de volver a su hábitat natural y disfrutan de la autonomía en medio de la naturaleza.