En Rumania, es una práctica común encadenar las patas delanteras de los caballos para evitar que vaguen y huyan. En este día en particular, sin embargo, el veterinario Ovidiu Rosu intervino cuando encontró a un caballo salvaje desesperado, esperando que alguien lo ayudara.
Sólo pensar que el pobre animal estaba sufriendo con las cadenas cavando cada vez más profundo en su carne era insoportable para el voluntario de la organización Four Paws de Rumania.
Caballo salvaje encadenado le agradece a su salvador con un beso
El veterinario sedó al caballo y entonces comenzó su trabajo cortando a través de las cadenas.
Cuando finalmente pudo liberarlo y ayudarlo a recuperarse de la sedación, el caballo mostró su gratitud de una manera que nadie habría sospechado jamás, se acercó con cuidado a su salvador y le dio un delicado beso.
Según Four Paws International, la yegua ha sido marcada para que pueda ser identificada en el futuro si alguna vez se vuelve a encadenar.
Un portavoz de Four Paws declaró:
«Si la encontramos nuevamente encadenada, tomaremos medidas para encontrar y denunciar al propietario a las autoridades. También podemos tomar medidas para entrenar al dueño sobre la manera apropiada de tratar y de cuidar de los caballos, dependiendo de su buena voluntad de cooperar. Lamentablemente prácticas como esta han estado en vigor durante muchos años en muchos países, no sólo en Rumania».
Más información: FOUR PAWS International
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