Abby, una perrita de 13 años, cruce de sabueso y caniche, escapó de casa junto a Summer, el otro perro de la familia, a principios de junio. Solo Summer volvió, pero no se sabía qué había pasado con Abby.
La familia de Abby vive en el área rural cerca de Perryville, en el este de Missouri, donde era algo común ver a los perros salir a explorar y corretear por los campos. Jugaban un rato y regresaban, pero esta vez eso no pasó.
Jeff Bohnert se preocupó por su perrita mayor y publicó en Facebook su desaparición, se acercó a los vecinos y fue a la estación de policía, pero nadie sabía nada acerca de Abby. Los días y semanas pasaron, y sus esperanzas se empezaron a desvanecer.
Perrita mayor desaparecida es encontrada en lo profundo de una cueva

El hombre dijo a The Washington Post que Abby nunca se separa de Summer.
Él dijo:
«Solo un perro llegó a casa. Se relaciona muy de cerca con Summer, así que supe que definitivamente algo andaba mal cuando ella no regresó. Fue triste saber que ella estaba desaparecida».
Dos meses después, el 6 de agosto, Gerry Keene, quien se encontraba en un viaje de exploración de cuevas en Missouri, con un pequeño grupo de personas que incluía varios niños, notó en lo profundo de una cueva a la delgada perrita, con el pelaje enmarañado, que se había acurrucado en una losa de roca fría, demasiado débil para mover la cola o producir sonido alguno.

La perrita se encontraba a 150 metros bajo tierra, y no se sabía cuánto tiempo había estado atrapada allí abajo.
Aunque Gerry se había encontrado algunas criaturas en sus viajes bajo tierra, como peces y anfibios, lo que nunca imaginó encontrar era un perro.
Él dijo, según The Washington Post:
“Nos dimos cuenta de que sería difícil sacarla porque estaba demasiado débil para caminar”.

Gerry le tomó una foto a la perrita con el fin de encontrar a la familia, les mostró a los habitantes cerca del área, para saber si alguien la conocía.
Mientras, Rick Haley, un asistente del jefe de bomberos y entusiasta de la espeleología, con 30 años de experiencia, quien se encontraba cerca del lugar y escuchó que había un perro dentro de la cueva que necesitaba ser rescatado, se ofreció para aventurarse de nuevo en la oscuridad con Gerry y ayudar.

Rick dijo:
“No se sabe cuánto tiempo estuvo allí, pero sabíamos que teníamos que sacarla. Si no la sacábamos, moriría allí. Sería una dura subida vertical para sacarla. Pero estábamos preparados para ello”.
Ellos sabían que solo había una manera de sacar a la débil perrita del lugar, y era volver a bajar y cargarla. Ella no tendría las fuerzas para moverse por sí misma tantos metros y por cavidades tan estrechas.

Uno de los residentes reconoció a Abby, la perrita de un vecino que había desaparecido el 9 de junio. Ahora, la motivación de estos hombres para sacar a Abby de la cueva había crecido, ya que había una familia que la esperaba en casa.
Los hombres consiguieron una bolsa de lona y pusieron a Abby dentro, para sacarla de nuevo a la superficie, pero no sería una tarea fácil. Luego de pasar por espacios reducidos, por medio de túneles estrechos, la perrita iba relajada, tal vez porque sabía que estaba siendo rescatada.

Les tomó una hora sacar a Abby de la cueva, y una vez en la superficie, su agradecido dueño se apresuró a buscarla para llevarla a casa. Dijo que un vecino lo había alertado sobre la foto tomada por Gerry.
El hombre estaba completamente sorprendido luego de saber dónde habían encontrado a Abby y a tal profundidad.

Se le notaba muy débil, pero gracias al agua que había en la cueva, Abby pudo sobrevivir. Su familia le dio un baño, y la alimentó poco a poco para acostumbrar su estómago de nuevo a los alimentos, y aunque todavía no está del todo fuerte, la perrita se ha estado recuperando satisfactoriamente.
Abby incluso ya está adaptándose de nuevo a todo, eso incluye salir a dar paseos cortos con Summer, y Fuzzy, el gato de la familia, y parece feliz de reunirse de nuevo con ellos.
La familia está muy agradecida con Gerry y Rick, por todo lo que hicieron por Abby, y ellos también se sienten muy felices de haber estado allí para ayudar.

No se sabe en realidad qué pasó ese día en que Abby desapareció, se especula que tal vez pudo haber perseguido a algún animal dentro de la cueva, o haber sido arrastrada repentinamente por alguna inundación, pero lo cierto es que la familia ahora solo quiere recuperar el tiempo perdido junto a Abby, y estarán más alertas de que la traviesa perrita mayor no vuelva a verse involucrada en otro incidente.