Antes de que Caesar y Saskia se conocieran, estos perros con un triste pasado vivían en lugares separados de Blikkiesdorp, un municipio en Ciudad del Cabo, África del Sur. En Blikkiesdorp, la vida es dura para los animales y los seres humanos.
Algunas de las personas más pobres de Ciudad del Cabo viven allí, sus casas son hechas de chatarra, neumáticos viejos y pedazos de madera.
Los servicios sociales son inexistentes, y sólo hay un inodoro y un lavabo por cada ocho hogares.
Blikkiesdorp también está plagado de violencia de las bandas, por lo que es uno de los lugares más peligrosos de Ciudad del Cabo.
Rosie Künneke, Dinielle Stöckigt y Clarina Hanekom, decidieron hacer algo sobre el sufrimiento de los animales del que fueron testigos en Blikkiesdorp, así que empezaron una organización llamada Tin Can Town, que ayudan no sólo a los animales, sino también a las personas.
Rosie, Dinielle, y Clarina un equipo de voluntarias realizan jornadas en Blikkiesdorp de castración y esterilización de animales, ofrecen atención veterinaria y proporcionan alimento.
Están también están disponibles las 24 horas del día para ayudar a cualquier animal que lo necesite.
Ellas conocieron a Caesar, un perro viejo, que vivía con una pareja en una choza. Después de que Rosie se reuniera con Caesar, siempre se acercaba a saludar. «Si César escuchaba nuestro auto, venía corriendo», dice Rosie.
«Estaba muy flaco, y siempre me aseguré de que tuviera algo para comer. Lo castramos y también proporcionamos la atención veterinaria que necesitaba».
La pareja que cuidaba a Caesar se separó y él se quedó con la mujer, pero de acuerdo con Rosie, ella no tenía bien cuidado al perro. Entonces las cosas se pusieron peor para él, los niños le lanzaron piedras hiriéndolo bastante mal.
«Cuando lo encontramos, tenía unas cuantas heridas en la cabeza, pero lo peor era su nariz», dice Rosie. «Su nariz debe haber recibido un golpe muy duro, ya que el sangrado persistió durante varios días, y el veterinario tuvo dificultades para conseguir que se detuviera».
Caesar tenía cerca de 10 años de edad. Si se quedaba en Blikkiesdrop por más tiempo, Rosie temía que no iba a vivir un año más. Así que ella lo llevó lejos de Blikkiesdorp y lo puso en un hogar de acogida mientras se recuperaba.
Perros con un triste pasado se reúnen por fin y son muy felices
Mientras, Clarina supo que una cachorra de 4 meses de edad, llamada Saskia de una parte vecina de Blikkiesdorp necesitaba ayuda. Saskia estaba gravemente desnutrida y tenía gastroenteritis, y Clarina la llevó al veterinario para atención médica de emergencia.
Cuando Saskia mejoró, Clarina trató de llevarla de vuelta a sus propietarios, viajando a la dirección que habían proporcionado. Pero cuando llegó a ese lugar, estaba vacío, se dio cuenta de que le habían dado la dirección equivocada, y probablemente no querían volver a ver a Saskia.
«Decidimos entonces conseguir una mamá de crianza para Saskia», dijo Rosie. «Y encontremos el hogar para siempre que se merece».
Como cosas del destino, Saskia termino en la misma casa de acogida donde estaba Caesar, y los dos se «enamoraron».
«Yo no estaba allí para presenciarlo, pero por lo que escuché, Saskia seguía a Caesar a todos lados», dijo Rosie.
Ellos dormían en la misma cama, comían juntos y Caesar jugaba con Saskia. Nunca se irritaba o enojaba cuando Saskia saltaba sobre él. Ellos nunca se separaban.
Un día, una pareja de jubilados en Ciudad del Cabo adoptó a Caesar, todo el mundo estaba contento. «No podríamos haber pedido una casa más preciosa para él», dijo Rosie.
Saskia quedó devastada y muy triste. Había perdido a su mejor amigo y compañero constante.
«Ella estaba sin duda deprimida y lo echaba de menos», dijo Rosie. «No estaba interesada en jugar mucho, y sólo se echaba en la cama donde ella y Caesar normalmente dormían juntos. Siempre estaba buscándolo».
La familia de acogida intentó encontrarle a Saskia una familia para siempre, con la esperanza de que un nuevo entorno la animaría. Alguien llevó a Saskia varios días en adopción, pero no tuvo suerte.
Perros con un triste pasado se reúnen por fin
Pero unos meses más tarde, los padres adoptivos de Caesar se pusieron en contacto con Tin Can Town, y dijeron que querían adoptar a un amigo para Caesar. Resulta que él también estaba deprimido.
Así que ellos sabían exactamente qué perro sugerirles. Los padres de Caesar tambián adoptaron a su mejor amiga y él sin duda alguna se puso muy feliz.

Caesar le mostró a Saskia la nueva casa, y después de eso ambos se acurrucan en la misma cama para tomar una siesta.
Caesar y Saskia no se han separado desde entonces.

La historia de Caesar y Saskia es muy conmovedora, si te gustó no olvides compartirla.
Más información: Tin Can Town | Facebook | The Dodo
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Que hermoso
TERRIBLE LA SITUACION DE ESTOS DOS PERRITOS PERO AFORTUNADAMENTE TUVO UN FINAL FELIZ.