Gracias a una familia y a un perro grandioso, una gatita huérfana encontró un nuevo hogar lleno de amor. La pequeña estaba deambulando sola en una granja, exponiéndose a los peligros que un felino de su edad pueda tener.
Morgan, la dueña de la granja, y madre de 5 hijos de cuatro patas, no planeaba tener también a un nuevo gato, pero el destino lo llevó a su casa.
La señora Morgan había escuchado los maullidos que provenían de las afueras su granja, pero era casi imposible encontrar al felino.
Perro cuida de una gatita huérfana
Morgan dijo a Love Meow:
«Intentamos llamarla, pero no pudimos encontrarla en la gruesa capa de árboles detrás de nuestra granja. Llevamos a uno de nuestros grandes felinos a donde ella estaba llorando, y él la olió de inmediato. Estaba en un pequeño muñón de árbol».
Después de encontrarla tomaron la decisión de dejarla allí, pues pensaban que tal vez su mamá volvería y la llevaría a casa.
La pequeña era vigilada desde lejos, después de esperar varias horas, sabían que tenían que intervenir, pues era muy arriesgado dejarla a la intemperie.
Morgan dijo:
«Cuando oscureció nos pusimos nerviosos por ella porque vivimos en una granja donde los zorros vienen mucho. Así que salí y la traje adentro. No podía ver nada y estaba cubierta de pulgas».
Luego de tenerla en casa, le dieron un baño que era muy necesario y quitaron todas las pulgas de su pelaje, además la llamaron Polly.
Paxton, el perro de 12 años que vive en el nuevo hogar de Polly, escuchó los chillidos de la gatita y de inmediato vino a ver cómo estaba. Desde ese momento el gentil perro tomó a Polly y empezó a cuidarla, era como si hubiese querido adoptarla y hacerse cargo de la pequeña.
La gatita se sintió atraída por el peludo, se sintió segura, se acurrucó junto a él, dejó de llorar y se durmió plácidamente.
Polly jamás quería volver a experimentar la soledad, y de ahora en adelante Paxton nunca se apartaría de su lado.
Morgan se encargó de alimentarla con un biberón durante varias semanas, hasta que estuvo lista para ser destetada. Cuando era la hora de comida, Paxton esperaba pacientemente mientras veía a su gatita comer, al terminar, el perro comenzaba las tareas de limpieza.
Morgan dijo:
«Antes de que pudiera bañarse, Paxton le limpiaba toda la leche. Él le ha enseñado muchas cosas de perros, incluido el ruido de ladridos que hace».
Ahora Polly sigue a su amigo a todas partes, se han vuelto inseparables, es como si se hubiese convertido en su pequeña sombra.
La pequeña gatita huérfana se ha convertido en toda una gata revoltosa, Paxton la deja jugar con su cola y nunca se cansa de sus travesuras.
Ellos hacen todo juntos y son completamente inseparables, duermen juntos y juegan con los mismos juguetes.
Polly ya tiene 5 meses y Paxton casi 13 años, su vínculo se ha fortalecido tanto que es casi imposible separarlos.