Sandy tiene 76 años y nació en el Reino Unido, pero desde que tenía 21 años decidió cambiar su vida y mudarse. Todo su mundo cambió desde hace más de cuatro décadas y ahora gracias al dinero de su herencia conformó el Refugio de Animales Magic Mountain.
Aunque el dinero que la mujer recibió de su herencia y que decidió invertir en el refugio ha comenzado a agotarse, ella espera continuar desarrollando sus proyectos de ayuda a los animales. A la fecha, Sandy gasta 3000 libras esterlinas al mes en el mantenimiento de la granja.
Sandy ha dicho que su educación fue muy diferente a como lleva su vida actual. Su padre era un oficial del ejército británico, y su familia era propietaria de un terreno en Norfolk. Ella recuerda que no le gustaba el sistema de clases de su país porque sus padres no le permitían relacionarse con las personas libremente, razón por la cual se mudó a Grecia desde joven.
Mujer deja su vida de comodidad para cuidar animales en Grecia

Sandy le dijo a Channel 5:
“A veces pienso que la razón por la que vine a Grecia fue porque era una forma de romper con un sistema de clases en el que realmente no quería encajar. Había ciertas personas con las que podía salir, pero no con otras. Así que creo que venir aquí, mirando hacia atrás, fue porque me siento completamente libre. Y me relacionó con griegos que no saben nada de mis antecedentes. Eres solo una persona, yo solo soy Sandy”.

Acerca del centro de rescate en Magical Mountain, Sandy recuerda que al principio estaba un poco preocupada por vivir en la granja de 300 años de antigüedad que compró con el dinero de su herencia. Ella explicó que la belleza de Grecia la cautivó por completo luego de una visita cuando tenía 20 años.
La mujer recuerda:
«Estaba absolutamente abrumada por la belleza. Soy una persona visual, es lo que me hace feliz, me quedé boquiabierta con todo el lugar. Fue una gran decisión, es un lugar enorme y es un área aislada. Estaba un poco nerviosa por eso. En realidad, no vine aquí durante los primeros seis meses. Lo compré y luego me quedé sentada, pensando en ello».

Sandy cuenta que poco a poco se acostumbró a cómo manejar la granja, aprendió muchas cosas que no sabía cómo hacer. Observó a las personas hacer sus trabajos y aprendió como hacerlo ella también, y asegura que no se arrepiente de su decisión cuarenta años después.
Sandy agregó:
«No podría haber imaginado que podría estar con estos animales y hacer lo que estoy haciendo ahora».

Sandy duerme en una diminuta litera para hacerle espacio a más perros en su habitación. Siete cachorros duermen a su lado en el suelo, mientras que los demás se han acomodado en el salón, la cocina y las demás habitaciones de la granja.
La mujer pasa gran parte del día alimentando, entrenando y bañando a sus animales, que esperan poder ser adoptados por familias de Grecia o del extranjero. Alegremente, contó que uno de sus perros encontró un nuevo hogar en Canadá.
Sandy agrega que solía pintar dibujos de los animales y venderlos para ayudar a los gastos del refugio, pero ahora no tiene tiempo para pintar, lo que disminuye un poco más sus fondos. Durante la visita de Ben Fogle para un episodio de New Lives in the Wild, Sandy contó que estaba cuidando una camada de cachorros de tres semanas que habían sido arrojados a la basura.
La mujer le dijo al entrevistador:
«Es horrible, uno de los peores crímenes, en mi opinión, que puedes cometer».

La mujer además mencionó que no compró la finca con la idea de convertirla en un refugio, pero que decidió hacerlo ya que tenía el tiempo, el dinero y el espacio para cuidar de ellos; dijo que las personas generalmente dejan a los animales no deseados atados en su puerta o los arrojan sobre la cerca.
Definitivamente, la labor de esta mujer apenas inicia y es realmente admirable, nos demuestra que siempre se puede encontrar la forma de ayudar a seres indefensos y que nunca es demasiado tarde para iniciar.