Laura Malone, directora de Mini Cat Town un centro de rescate de gatos en San José, California (Estados Unidos), recibió a un dulce gatito que necesitaba ayuda y un hogar de acogida. El pequeño llamado Yeti, llegó cubierto de pulgas y suciedad, pero con los cuidados adecuados se transformó en un hermoso gato.
A pesar de su diminuto tamaño, Yeti logró comer un poco tan pronto fue rescatado. El gatito era un luchador y tenía muchas ganas de salir adelante. Su peso era realmente bajo y no sabían qué había ocurrido con su madre o hermanos, pero estaba claro que el gatito sobrevivió y seguía luchando por vivir.
Laura, su madre de acogida, comenzó a darle tratamiento por algunos problemas estomacales. Yeti tenía problemas para comer por su cuenta, así que tuvieron que alimentarlo con una jeringa cada dos horas.
La madre de acogida, le dijo a Love Meow:
«Lo estaba alimentando con cuidado goteando fórmula en su lengua y esperando que tragara poco a poco».
Dulce gatito se convierte en un hermoso gato

Gracias a todos los cuidados que recibió desde su llegada, una camita tibia y un juguete que le hacía compañía, Yeti empezó a dar señales de mejoría. Al poco tiempo también descubrió finalmente cómo comer de un biberón.
Fue un gran cambio para el pequeño que finalmente pasó de comer con ayuda a tomar su biberón con tanta energía que parecía que no existía el mañana.
Laura recuerda:
«Encontró su pestillo. Mi primera reacción fue: ¡espera! ¡Más despacio!».

Luego de un gran banquete, Yeti se sintió bastante mejor. Ya tenía la suficiente fuerza como para ponerse de pie e incluso empezó a amasar animosamente su manta. Gracias a su apetito voraz, el dulce gatito estaba ganado peso, se hacía más activo cada día y dejaba aflorar su inquieta personalidad.
Laura agregó:
«A la hora de comer, solía tener que despertarlo y me soltaba un maullido muy débil. Ahora, me espera en la puerta y exige comida».

El travieso Yeti mantenía muy al pendiente de las horas de comer, y cuando era el momento del biberón miraba pacientemente a su madre esperando que le sirvieran la comida para devorarla hasta el final. El chico inquieto cada día era más activo.
Laura dijo:
«Ya no se contenta con comer, ir al baño y volver a la incubadora. Ahora, exige unas cuantas vueltas exploratorias en el suelo».

El adorable gatito pronto empezó a crecer y desarrollar todas sus habilidades felinas; sus rasgos siameses se pronunciaron en sus patas y nariz, y su encantadora personalidad terminó de surgir. Por ser un gatito de biberón, tardó un poco más en destetarse, pero finalmente logró superar ese peldaño con éxito.

Desde que llegó a su hogar de acogida, el dulce gatito ha estado acompañado por un amigo de peluche para acurrucarse llamado «Puppy», cada vez que toma una siesta. Así que cuando llegara el momento de encontrar su hogar definitivo, Yeti y su amado juguete debían permanecer unidos.
Cuando Yeti estuvo lo suficientemente grande para iniciar un nuevo capítulo en su vida, un miembro de la familia de uno de los voluntarios del centro de rescate se enamoró perdidamente del pequeño y lo llevó a casa.

El encantador gatito se adaptó rápidamente a su nueva vida y hogar, y tan pronto como llegó a su nueva casa con sus humanos tomó una larga siesta junto a su juguete y mejor amigo Puppy.
Ahora, aquel pequeño gatito se ha convertido en todo un hermoso gato siamés, llamado príncipe Labeija y es el dueño absoluto de su hogar, y sus humanos que aman todas sus travesuras.

Puedes conocer más de la labor que realiza el centro de rescate Mini Cat Town en su cuenta de Facebook, y también puedes visitar la página de Instagram de Laura donde constantemente publica los casos que llegan en busca de hogares adoptivos.