Susana Somali es la fundadora del Refugio de Animales Pejaten en Yakarta, Indonesia; uno de los complejos más grandes del país con más de 5.000 metros cuadrados. Debido a la pandemia por el COVID-19, el refugio de Susana recibe diariamente hasta 10 perros nuevos.
El refugio funciona desde el año 2009, y Susana no tiene claro la cantidad exacta de perros que han acogido.
Ella le dijo a CNA:
«Más de mil. Quizás entre 1.200 y 1.400. Pero definitivamente más de mil».
Doctora ha rescatado a más de 1000 perros sin hogar
Tan pronto Susana llega y cruza la puerta, cientos de perros se acercan ladrando y moviendo su cola alegremente. La propiedad está ubicada en una zona residencial de lujo; el lugar tiene perros por todas partes, jugando en los patios, en los arbustos y por el camino.
Susana y su equipo han recorrido las calles rescatando perros que lloran en diminutas jaulas esperando la muerte. La mujer y 30 empleados del Refugio de Animales de Pejaten están trabajando por cuidar a una innumerable cantidad de animales a medida que las donaciones en medio del COVID-19 llegan de a poco.
Estas ayudas sirven para cubrir más de $ 29,000 de gastos del lugar.
Según cifras del gobierno indonesio, más de 100 restaurantes en Yakarta solo sirven carne de perro. Anualmente pueden morir debido a esta práctica cerca de 1 millón de perros según lo mencionan los grupos de rescate animal.
La Dra Somali además alterna las labores del refugio; ella trabaja como patóloga clínica en un hospital local donde analiza muestras de COVID-19.
Susana dijo a The Jakarta:
«La verdadera batalla no es rescatarlos de los carniceros, aunque eso siempre da miedo. El desafío es cuidar a estos perros durante la pandemia».
Gracias a sus padres, Susana desarrolló el amor por los animales, desde joven adoptaba y rescataba animales.
Ella recuerda:
“Cada vez que veía un animal en peligro, siempre los llevaba a casa conmigo. Cuando era niña, lo hacía durante mi viaje de la escuela. De joven, lo hacía durante mi camino a casa desde la universidad y ahora de regreso del trabajo”.
Su idea del refugio surgió en el año 2009, sin imaginar esta magnitud que alcanzó a la fecha. Inicialmente recaudaba fondos para ayudar animales enfermos junto con algunos amigos, al punto de convertir su hogar en el refugio de 70 perros y gatos.
Debido a las dificultades que generaba en el vecindario, construyó un refugio más adecuado en un terreno de su familia a 5 minutos de su hogar. Inicialmente solo tenía dos edificios de una sola planta, uno para los animales y el otro para sus dos empleados junto con una cocina y un área de primeros auxilios.
Al crecer el número de perros sin hogar, se construyó más estructuras para albergar a los animales y contratar más personal, a la fecha cuenta con 30 personas que se encargan de diferentes funciones dentro del refugio.
Ayudar a los animales es una tarea muy difícil, y más aún luego de vivir experiencias tan traumáticas.
Susana añade:
“Todos los perros rescatados tienen algún tipo de estrés. Los perros callejeros suelen ser más duros, pero las mascotas pueden necesitar tiempo para adaptarse porque solían vivir solos en una casa con aire acondicionado y a veces se deprimen».
A la fecha, el refugio de 5.000 metros cuadrados está prácticamente construido, y solo queda alrededor del 30 por ciento del espacio libre. El lugar está repleto de perros que libremente se mueven por todo el espacio, se tiene un espacio delimitado para aquellos que tienen dificultad de socializar o aún tienen miedo de interactuar con el exterior.
Susana ha luchado arduamente por mantener el refugio y sus gastos, ella tuvo un negocio de comidas rápidas que debido a la pandemia debió cerrar, también contaba con el alquiler de una propiedad, pero se vio envuelta en una disputa legal desde 2008, así que esos ingresos se vieron reducidos.
Ahora, el refugio es completamente dependiente de las donaciones, que debido a la pandemia también se ven reducidas.
Susana dice:
“Pero encontraré alguna manera. No puedo renunciar Si me rindo, otros (personas que poseen refugios) también podrían hacerlo. Debo tener fuerza para poder brindar fortaleza a los demás”.
La incansable Dra no piensa en rendirse, para ella ayudar a los animales es una vocación. Si estás interesado en conocer más acerca de su labor puedes visitar la página de Instagram del refugio.