La increíble relación de amistad que han formado un caballo y un perro ha logrado robarse la atención de todas las personas que los conocen, sobre todo, porque su pelaje es tan similar que realmente parecen hermanos de sangre.
Elizabeth de Val, conocida cariñosamente como Eli, es una yegua hermosa que tiene siete años, y Rumba es un cruce de pastor australiano y Border Collie de solo un año. La pareja de amigos se conoció desde el 2020, cuando Rumba llegó a la casa por primera vez y se convirtió en miembro oficial de la familia.
Desde entonces han formado un vínculo muy especial, y son tan unidos que a Rumba le encanta subirse a la espalda de Eli para salir a pasear.
Caballo y perro se vuelven amigos inseparables

Oceane Delobe, una mujer de 31 años es la propietaria de estos dos animales, y desde que se enteró del hermoso vínculo, le encanta compartir sus aventuras. Todos viven en los Alpes Franceses, y según la mujer, tiene muchos caballos en su hogar, por lo que Rumba se acostumbró rápidamente a ellos.

Por lo general, a Eli le gusta seguir a Rumba cuando realizan excursiones, y si por algún motivo no la encuentra, empieza a buscarla apresuradamente. Siempre prefiere salir a caminar, pero en compañía de Rumba, pues ahora lo ve como parte de su manada y quiere estar a su lado.
Oceane dijo según METRO:
«Rumba es muy cuidadosa con los caballos y respeta bien su tamaño, le encanta estar al aire libre explorando con Eli”.

Antes de obtener a Rumba, Oceane estaba muy preocupada porque no sabía cuál sería la reacción de Rumba con los caballos. Pero todas esas preocupaciones desaparecieron desde que Rumba se conoció con Eli, y comenzaron a interactuar como verdaderos amigos y hermanos.
Lo más curioso es que la mujer no sabía cómo era la apariencia de Rumba, por lo que fue una sorpresa que tuviera los mismos colores que Eli.

Oceane comentó:
«La gente siempre comenta lo similares que se ven a pesar de su enorme diferencia de tamaño».
Rumba llegó a la casa para brindar felicidad, ya que Oceane estaba pasando por una serie de eventos poco alentadores y necesitaba levantar su ánimo. La mujer acababa de perder a uno de sus caballos, y en ese momento pensó que era el momento perfecto para traer un perro a su casa.

Al parecer no se equivocó, porque además de brindarle la alegría que tanto buscaba, le ofrece compañía a Eli y son realmente inseparables.
Oceane agregó:
«Rumba viene conmigo cada vez que voy a ver o montar a Eli”.

Eli y Rumba continuarán fortaleciendo su hermosa amistad y disfrutando de miles de aventuras, en medio de los Alpes Franceses.