Un día, mientras Maryam Khalil, quien trabaja en Forman Christian College en Pakistán, estaba llegando a su oficina, se encontró de frente con una encantadora e indefensa criatura. Una adorable bebé lechuza que al parecer había caído de su nido y no sabía cómo regresar.
Anteriormente, Maryam se había cruzado en su camino con muchas aves diferentes durante sus paseos diarios por el campus, pero nunca había tenido la fortuna de estar tan cerca de uno. La mujer estaba cautivada por la pequeña lechuza de ojos amarillos y suave plumaje gris.
La mujer le dijo a The Dodo:
«Vi una hermosa lechuza cerca de mi cubículo. Uno de mis colegas lo tenía en la mano. Fue lo más adorable que hemos presenciado en un entorno de oficina».
Adorable bebé lechuza cae de su nido
Al parecer, la adorable bebé lechuza se había caído de su nido debido a una fuerte tormenta, y el compañero de Maryam lo recogió y lo llevó hasta su oficina para que recibiera un poco de calor. El aire acondicionado de la oficina estaba a su máximo nivel a causa del verano, así que cubrieron a la pequeña lechuza en una tela para mantenerlo caliente.
Maryam cuenta:
«Lo puse en una caja en mi regazo cuando comenzó a mirar a su alrededor con sus ojos cautivadores. Durmió un rato y le dimos de comer durante el día».
Rápidamente, la visita inesperada del pequeño animal se convirtió en la habladuría de la oficina, y todos se enfocaron en él por un rato. A pesar del revuelo que provocó entre las personas de la oficina, la pequeña ave mantenía apacible.
Cuando terminó la jornada laboral, Maryam y algunos de sus colegas encontraron el nido al que pertenecía y de inmediato lo regresaron con su madre.
Por algo más de dos años, la mujer no vio de nuevo otro animal salvaje cerca de su oficina hasta que un día una lechuza adulta sorprendió a los presentes al volar en medio de una sala de conferencias mientras se dictaba una clase nocturna. Había algo en esta lechuza que le era muy familiar a Maryam.
Aunque realmente ella no puede asegurar que se trataba de la misma ave de hace un tiempo, le gustaría creer que aquel bebé al que ayudó hace ya tanto tiempo, está viviendo una maravillosa vida ahora.
Maryam finamente agregó:
«Esta no era una lechuza bebé, pero se veía encantadora mientras nos guiñaba un ojo».
