Una familia residente en una granja cerca de Montreal, en Canadá, comenzó a encontrar algunos gatos abandonados en las cercanías de su propiedad y el número aumentaba con el paso del tiempo. La familia hizo un esfuerzo para lograr salvarlos a todos, pero no era algo fácil para ellos, quienes no contaban con los recursos ni experiencia.
Cuando se dieron cuenta de que no podían brindar la atención que todos los gatos necesitaban, decidieron buscar ayuda. Así fue como Julie, una rescatista de animales, decidió intervenir cuando se enteró de la difícil situación. Ella se percató de que uno de los gatos tenía un ojo nublado y con el pelaje enmarañado.
Celine Crom de Chatons Orphelins Montréal, le dijo a Love Meow:
«Algunos de los gatos estaban enfermos y otros resultaron heridos debido a las peleas».
Gata que esperó toda su vida para tener un hogar, ahora está viviendo la vida de sus sueños

Julie logró rescatar a todos los gatos con ayuda de trampas humanitarias y de inmediato fueron trasladados hasta el centro de rescate Chatons Orphelins Montréal. Allí descubrieron que varias gatas estaban embarazadas, incluida la felina que tenía su ojo nublado. Los gatos recibieron atención médica antes de ser reubicados en hogares temporales.
Julie recuerda:
«La gata de pelo largo y ojos turbios se llamaba Remille. Pesaba apenas 1,3 kg y era solo piel y huesos».

Después de un reconfortante baño y algo de comida, Remille se sintió como nueva y dejó salir sus ronroneos como agradecimiento.
Celine cuenta:
“Tenía una úlcera en la córnea y apenas podía ver por ese ojo. También dio positivo para FIV (virus de inmunodeficiencia felina), pero eso no la detuvo de buscar atención y amor. Descansó y ganó mucha fuerza. Tenía un apetito voraz por la comida y las mascotas. Su madre adoptiva la mimó con toda la atención que quería, y Remille comenzó a disfrutar realmente la vida y divertirse».
Pocos días después de su llegada, Remille se puso en labor de parto una noche y dio a luz a una camada de cuatro gatitos. Lamentablemente, tres de ellos eran extremadamente pequeños, y a pesar de los esfuerzos para salvarlos a todos, el gatito más grande, llamado Hardy, se convirtió en el único sobreviviente de la camada.
Celine asegura:
«El chico pequeño siempre ha sido el que engordó más y el más fuerte. Ahora que tiene seis semanas, todavía está amamantando y tomando su biberón, y eso está bien».
Remille, quien tiene ya 10 meses, está muy contenta con la ayuda que recibe de sus humanos para criar a su gatito, ya que ella misma todavía es una gata muy joven y desea divertirse. Aunque, por supuesto, es una gran madre, y mantiene limpio a Hardy y le enseña a jugar y a comportarse como un buen gatito.
La felina ha sido muy feliz desde que hizo la transición a la vida de interior. Es una chica juguetona y cariñosa, corre detrás de los juguetes de plumas y suele ir tras su gatito por toda la casa.

Entre las sesiones de juego, esta gata que esperó un hogar, disfruta finalmente de acercarse a sus humanos en busca de caricias y golosinas.
Celine agrega:
«Le gusta acurrucarse con nosotros para abrazarnos… Después de meses de tratar de sobrevivir al aire libre, Remille está muy feliz de volver a ser una gata en un hogar seguro, y de ser amada y mimada».
Ahora Remille y su pequeño solo esperan ser felices para siempre y dejar atrás esos difíciles comienzos de su vida.