La pobre Daya, de tres años de edad, estaba embarazada de nueve cachorros, pero ella fue abandonada y terminó en un refugio de Carolina del Sur después de que la encontraron deambulando sola por las calles.
El refugio estaba superpoblado, y Daya corría el riesgo de ser sacrificada. Así que el equipo de rescate Halfway There Rescue intervino para buscarle un hogar de crianza donde pudiera dar a luz cómodamente a sus cachorros.
Sus rescatistas llevaron a Daya al veterinario para un chequeo, donde recibieron noticias desgarradoras.
Jennifer Werner, voluntaria del centro de rescate, dijo a The Dodo:
«Las radiografías no mostraron evidencia de bebés vivos. Sus nueve cachorros estaban en proceso de ser absorbidos por su cuerpo. Esto causó una infección grave en el útero que requirió cirugía de emergencia una hora después de su llegada al hospital veterinario».
La cirugía le salvó la vida a Daya, pero pronto quedó claro que ella no estaba manejando bien la pérdida de sus cachorros no nacidos.
Cuando se instaló en su hogar de acogida, los instintos maternales de Daya todavía estaban en pleno apogeo. Ella comenzó a recoger juguetes o calcetines y acostarse con ellos o limpiarlos como si fueran bebés. Ella los traía a todos lados a donde iba, desesperada por la comodidad de tener algo de lo que encargarse.
Jennifer explicó:
«Tenía un hogar maravilloso para recuperarse, pero sus instintos se habían apoderado de la nada para dirigir su energía sin sus cachorros. Mientras todos en [el centro de rescate] estaban tan felices de que Daya hubiera pasado por la cirugía, nos desconsolamos que extrañara a sus bebés. Ella no entendía lo que les había sucedido».
Tres días después de la cirugía de Daya, el equipo recibió una llamada sobre una cachorrita que había sido abandonada al costado de una carretera. Tenía parásitos e infecciones en la piel y acababa de salir de una cirugía de emergencia para extirpar uno de sus ojos, que había perdido completamente. Y ahora, ella necesitaba una madre.
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Jennifer dijo:
«Todo el mundo sabía que el cachorro podría sobrevivir solo con la intervención humana, pero teníamos la esperanza de que ella pudiera tener la mamá que tanto echaba de menos».
El equipo veterinario que estaba cuidando a la perrita llamada Raisin, la trajo a conocer a Daya, y en tan solo unas pocas horas, se habían unido tan fuertemente que no se separarían jamás.
Jennifer dijo:
«Se acurrucaron juntos y era obvio que se estaba formando una relación. A pesar de que los dos no estaban relacionados, sirvieron una necesidad mutua que conduciría a un vínculo increíble».
Desde el día en que se conocieron hace menos de una semana, Daya y Raisin de 6 semanas de edad no se han alejado la una de la otra. Se acurrucan para tomar una siesta juntas hasta salir al sol, continúan recuperándose de sus cirugías, y pronto estarán disponibles para adopción.
Jennifer dijo:
«Todavía se están recuperando de problemas médicos como la sarna en su hogar de crianza, por lo que estarán allí durante varias semanas más. Con la ayuda del personal veterinario que no se dio por vencido con [Raisin] y el rescate que se aseguró de que Daya pudiera abandonar el refugio, estos dos compartirán para siempre un vínculo».
Si está interesado en adoptar Daya o Raisin, puedes encontrar más información en la página de adopción de Halfway There Rescue.
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