El pequeño Ivor estuvo muy confundido en sus primeros 7 meses de vida. Había pasado gran parte de su vida en distintos refugios para animales y centros de adopción. Estuvo en 5 hogares diferentes en un año y para finales del año 2017, estaba en la RSPCA, sin hogar nuevamente por sexta vez.
La persona que lo devolvió dijo que era un perro desobediente. Pero cuando los rescatistas revisaron su audición, supieron exactamente por qué sus dueños estaban tan frustrados: no podía oír nada.
Sin saber que Ivor era sordo, cada familia terminaba dándose por vencida con él. Afortunadamente, los miembros del personal del centro de rescate comenzaron a enseñarle el lenguaje de señas a Ivor de inmediato. Y aprendió rápido.
Los voluntarios primero le enseñaron a que se acercara, luego le fueron enseñando otros comandos desde allí.
Ivor fue puesto en adopción poco después, y conoció a Ellie Bromilow, la mujer que pronto se convertiría en su madre. Ella se enamoró tan pronto como lo conoció, y no pasó mucho tiempo antes de que el resto de la familia aceptara adoptarlo.
Aunque la RSPCA ya le había enseñado a Ivor algunos comandos básicos usando el lenguaje de señas, Ellie estaba más que dispuesta a aprender todo lo que pudiera para enseñarle a Ivor todo lo que había perdido en los otros hogares.
Perro abandonado 5 veces antes de que supieran qué estaba mal
Ellie dijo a Metro:
«Ya había aprendido ordenes como ‘sentarse’ y ‘venir’ del personal en el centro de la RSPCA, pero ahora sabe mucho más como cuando le dices ‘túmbate’, ‘quieto’, ‘da la vuelta'».
Ivor es un perro muy inteligente, y solo necesitaba aprender sobre el mundo de una manera única. Y debido a su discapacidad, sus sentidos de la vista, el olfato y el tacto son muy intensos.
Le gusta especialmente usar su fino olfato para buscar golosinas que su madre haya escondido en la casa.
Ellie escribió en la pagina de Facebook de Ivor:
«Mientras otros perritos pueden extrañar cosas, mis ojos están entrenados para observar todo, incluso mientras duermo lo veo todo, siento las vibraciones de las puertas y los pasos y puedo oler un trozo de jamón a casi un kilómetro de distancia. De hecho, ¡Ellie piensa que podría haber tenido una carrera como un perro rastreador!».
En cambio, Ivor es un experto en una cosa: ¡dormir!
Le encanta subirse a la cama y descansar tranquilo, tras un día de aventuras. Pero cuando él no está durmiendo o saliendo a caminar con mamá, ama simplemente hablar con ella, algo de lo que no obtuvo mucho antes de ir al refugio.
Ahora lo «escucha» y ve todo.
Ellie dijo:
«Hablamos con él todo el tiempo».
Para ayudar a más perros como Ivor, puedes hacer una donación a la RSPCA Halifax, Huddersfield & Bradford Branch.
Más información: Facebook/ Ivor the Deaf Dog’s Fun Page
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