Nuestras mascotas son como nuestros hijos, muchos nos procuramos por su bienestar por el resto de sus vidas y estamos con ellas en las buenas y en las malas.
Bong es un perro que tenía una vida normal, realizaba las actividades de un perro sano, se la pasaba corriendo y jugando con sus amigos en las calles. Pero una mañana, al despertarse, sus patas traseras quedaron paralizadas, en vez de recibir atención, lo pusieron en una caja y lo lanzaron a un basurero.
Afortunadamente una abuela escuchó sus gritos, lo rescató y decidió hacerse cargo de él, estaba desconsolada e incluso reconoció que el perro era del barrio.
Abuela adopta al perro paralizado que nadie quería

Aunque la abuela es muy pobre, ella tiene mucho amor para dar, y hace todo lo posible para que su perro tenga una vida normal. Lo limpia y atiende todas sus necesidades antes que las de ella, acolcha su cuarto y lo cubre con vendas hechas a mano.
La abuela siempre esta pendiente de que no se lastime al arrastrarse, cuando puede lo lleva en una canasta o también le cubre sus patas para protegerlo del suelo.
El perro también ama mucho a su abuela, mientras ella hace las actividades de la casa, él la quiere seguir por todos lados.

A pesar de su condición, Bong intenta hacer las actividades que un perro común realiza, casi todos los días recibe la visita de su mejor amiga, una perrita vecina, que su dueño la lleva todos los días con el fin de hacer feliz a Bong, para que pueda jugar y distraerse un poco.
Cuando Bong ve a su amiga se emociona mucho, pero cuando es momento de irse, él intenta seguirla y se frustra por que no alcanza su ritmo y la ve partir desde lejos.
En ocasiones se ve a Bong mirando a los demás perros como corren y juegan, lo que hace pensar que sufre emocionalmente por no poder hacer lo que antes hacía.

Cuando la abuela ve a Bong, se pone a llorar, pues piensa que si ella tuviera los recursos, el perro estaría caminando de nuevo.
La abuela dijo en un vídeo de YouTube:
«Él está sufriendo, si hubiera sido encontrado y adoptado por una familia rica, podrían pagar su atención médica y él estaría caminando nuevamente».

Unas personas se dieron cuenta de la conmovedora historia, y decidieron visitarlos, llevando consigo regalos, golosinas, comida, una cama nueva y una noticia sorprendente.
Ellos se ofrecieron a llevar el perro al veterinario, y pagarlo todo. Los voluntarios llevaron a Bong al veterinario, y luego de unos exámenes, fue diagnosticado con Mielitis de columna vertebral.

Esto podría cambiar la vida de Bong, pues se considera que un 70% de los perros diagnosticados con este problema, pueden recuperarse.
Cuando dieron los resultados, la abuela lloró de felicidad, pero también se puso triste, pues debe separarse de su perro que debe ser hospitalizado por un tiempo.
El perro ha iniciado el tratamiento, y todos tienen mucha esperanza de que la rehabilitación sea todo un éxito.
Los voluntarios y el veterinario harán todo lo posible para que se recupere totalmente, es una dura batalla, pero Bong tiene mucho por qué vivir.
ACTUALIZACIÓN:
Bong logró recuperarse y su abuela no puede estar más feliz. Ahora corre de nuevo como siempre quiso vovler a hacerlo.
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leei la historia y me hizo llora,r pero ala vez feliz porque las personas de buen corazon hicieron el milagro de ayudarlo y pagar los gasto y estoy feliz porque el perrito puede caminar y la abuela feliz, vamos a sequir ayudando estas mascota porque se lo merecen, que bella historia con un final feliz Dios bendiga la abuela y su mascota