Una fría noche de invierno en Griffith, Indiana (Estados Unidos), Bob Hoelter que trabaja a unos 3 kilómetros de su hogar en una tienda, decidió caminar hacia el trabajo, y es lo mejor que pudo haber hecho. Porque las cosas podrían haber sido muy diferentes.
Bob dijo a The Dodo:
«Suelo conducir. Esa noche decidí que necesitaba algo de ejercicio».
Cuando el hombre cruzó un puente, oyó un ruido. Un pequeño, triste y desconsolado llanto que venía de abajo. Él miraba desde arriba del puente pero no veía nada, solo lo escuchaba.
Perrito encontrado con la boca atada con cinta agradece a su salvador
Los gritos continuaron desde la oscuridad debajo del puente. Cerca se encontraba una alcantarilla, Así que Bob pensó que esa tal vez era la fuente de los pequeños quejidos.
Estaba tan decidido a ayudar, que se agachó y con sus manos se arrastró por la alcantarilla, completamente inseguro de lo que iba a encontrar. Todo lo que sabía era que alguien lo necesitaba.
Bob dijo:
«Saco mi linterna porque siempre llevo una linterna conmigo. Llegué al fondo. ¡Finalmente lo veo!».
Allí, en la oscuridad, y mirándolo a los ojos, había un pequeño cachorro, un poco tembloroso y asustado. Pero el hombre no podía creer lo que vio a continuación: el hocico del perrito estaba cerrado con cinta adhesiva.
Él sabía que tenía que actuar rápidamente, así que llevó al pequeño al hospital de animales que no estaba muy lejos, y esperaba que aún estuviera abierto.
Ese momento en que Bob entró por la puerta de la clínica, sosteniendo al cachorro en sus brazos, es algo que Lori Kovacich, gerente de Griffith Animal Hospital, nunca olvidará.
Horrorizada, la mujer agarró al cachorro y lo llevó al personal veterinario. Se movió tan rápido que olvidó pedirle el nombre y el número de teléfono a Bob.
Y Bob, feliz de que el cachorro estuviera en buenas manos, regresó a su destino original, la tienda.
El pobre cachorrito de apenas 4 meses de edad, fue atendido por el personal veterinario de inmediato. Se encontraba demacrado y su piel estaba severamente dañada debajo de la cinta. Ellos estiman que el perrito había estado varios días con la cinta alrededor de su boca.
Después de retirarle la cinta, le aplicaron inyecciones de antibióticos y ungüento al cachorro. Luego lo pusieron en una cama con mantas y peluches.
Más tarde, se descubrió que el cachorro también tenía una pata rota, que requeriría cirugía. Creen que alguien lo arrojó al agua desde el puente y este terminó aterrizando en el suelo.
Lori estaba tan molesta por la condición del cachorro, que publicó en la página de Facebook del hospital de animales lo siguiente:
«En mis 30 años de trabajo aquí, nunca pensé que vería esto… en la vida real».
La publicación llamó la atención de muchos residentes de la localidad, incluidos Mary Witting y su esposo. La pareja recientemente perdió a su querido perro y habían jurado que no iban a tener otro pronto, hasta que leyeron sobre la triste historia del cachorro.
Mary dijo:
«Pensé, ‘Esa linda carita, él me necesita. Puedo darle amor las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y lo necesito».
La pareja fue a ver al cachorro, se enamoraron y decidieron adoptarlo. Lo llamaron Louie.
Mientras Lori y la pareja que adoptó a Louie estaban encantados con el futuro del pequeño, el hombre que le había salvado seguía siendo un misterio.
Más tarde, ocurrió un giro increíble en la historia. Resulta que, gracias a la publicación que había hecho Lori en Facebook, una sobrina de Bob la vio y los ayudó a reunirse a todos.
En el emotivo día de la reunión, el más emocionado resultó ser Louie, quien reconoció a su héroe.
Bob dijo:
«Estaba asombrado porque no creía que se acordaría de mí. Lo sentaron y corrió hacia mí».
Louie le dio a Bob mucho amor y besos. Y el hombre dijo que está encantado de que Louie tenga un nuevo hogar.
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